La primavera despierta las ganas de renovar la casa: pintar, reparar, abrir espacios y devolverle vida a cada rincón. Pero ese impulso —si no se planifica— trae riesgos ocultos: electricidad mal manipulada, caídas en altura, vapores tóxicos o herramientas usadas sin protección.
La buena noticia es que prevenir está en tus manos: con orden, criterios básicos de seguridad y decisiones informadas, puedes disfrutar de tus remodelaciones sin sobresaltos.
A continuación, encontrarás pautas claras y prácticas para trabajar con método, cuidar a tu familia y evitar emergencias en el hogar.
- Define el alcance del trabajo, corta y verifica la energía del circuito a intervenir, identifica riesgos de altura, polvo, químicos, corte, ruido, fuego y gas, y prepara un área de trabajo ordenada y ventilada.
- Para electricidad y gas, evita improvisaciones: desconecta desde el tablero, usa alargadores certificados y nunca trabajes con manos húmedas; revisa mangueras y reguladores, ventila si hay olor a gas y mantén pinturas y solventes lejos de fuentes de calor.
- En tareas estructurales, tableros eléctricos, gasfitería o techumbres complejas, recurre a profesionales.
- Protege a las personas y usa el EPP adecuado: guantes específicos, gafas, mascarilla PFF2/P100 para polvo, protección auditiva y calzado de seguridad.
- Para trabajar en altura, utiliza escaleras o andamios certificados, aplica la regla 4:1, mantén tres puntos de apoyo y evita estirarte lateralmente; no subas con cargas pesadas, elévalas con cuerdas.
- Delimita la zona de trabajo para proteger a niñas y niños, personas mayores y mascotas, y guarda herramientas y químicos fuera de su alcance.
- Ten a la mano extintor ABC, botiquín básico y un plan de emergencia con salidas despejadas y teléfonos visibles (Bomberos 132).

